Elaborado por «1º_bach_1»
Alumno/a de Ciencias Sociales de Hª del Mundo Contemporáneo (1º Bach.) del IES «Trinidad Arroyo» de Palencia, curso 2010-2011.
Mis abuelos eran muy pequeños cuando estalló la guerra, mi abuelo tenía 6 años y mi abuela tenía 7 años, pero aun así me han contado varias cosas sobre la guerra civil española.
La guerra civil española comenzó después del [intento de golpe de estado militar el] 17 de julio de 1936.
Algunas personas, como sabían que iban a ir a buscarles para que fueran a luchar a la guerra, se escondían en el boquete o en la chimenea. Los niños tenían que trabajar en el campo desde muy pequeños porque su padre tenía que ir a la guerra. A un hermano de mi abuelo, cuando terminó la mili y regresó al pueblo de Valdecañas de Cerrato, el ayuntamiento le avisó de que habían recibido una carta diciendo que tenía que presentarse en Figueras para incorporarse al ejército sublevado (franquista) para ir a la guerra, donde resultó herido.
A otro vecino de Valdecañas de Cerrato, por ser de otro bando, vinieron los soldados y se le llevaron para interrogarle, pero luego le devolvieron a su pueblo. A otro hermano de mi abuelo le hirieron durante la guerra en Teruel. Murieron muchas personas.
En Valdecañas de Cerrato, al lado del cementerio hay una placa de piedra donde aparecen los nombres de las personas de esta localidad que murieron en la guerra. La guerra acabó el 1 de abril de 1939 con el resultado de la victoria del bando franquista.
En la posguerra, la gente empezó a carecer de alimentos y pasaba hambre, y por eso hicieron las cartillas de racionamiento para que todas las familias pudieran ir a las tiendas a recoger las pequeñas cantidades de comida que tenían adjudicadas. Si tenías mucha comida, la fiscalía venía a requisártela, por eso muchas familias tenían que esconder la comida en sus casas.
Lo pasaron muy mal, por eso la gente tenía que ir a escondidas al molino a moler el trigo, de dónde salía la harina y con ella hacían el pan. Otras personas molían de noche el trigo en los desvanes sin hacer ruido con unas máquinas que ellos mismos tenían. Ambos tenían que hacerlo con mucho cuidado porque si les pillaban se lo requisaban. Otras personas escondían la comida en la cuadra o en el pozo.
También había gente que se dedicaba al estraperlo, como tenían de todo (perfumes, comida, joyas, etc), hacían negocios con la gente que más dinero tenía.